Lo que es de todos se decide entre todos. Este principio tan básico es el que inspira los mecanismos de decisión en un Estado de Derecho democrático como España. Algo tan aparentemente sencillo que los separatistas en Cataluña no acaban de entender. O sí, lo entienden, pero no les conviene.
Y justamente en medio de la vorágine final de "el procés independentista", va el Girona y sube a primera división de la liga, sí, española ¡! El ascenso ha provocado un gran alborozo en la capital gerundense. Por primera vez, después de más de 80 años de historia del club, disputarán partidos oficiales en primera contra el Real Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid, el Valencia, el Villarreal, etc. Por primera vez formará parte de la mejor liga de fútbol del mundo (no lo digo a ojo, sino porque sus equipos han ganado más títulos que cualquier otra liga en la última década).
Las calles de Girona rebosaban una alegría inmensa, jugarán en primera división, sí, española. Sin embargo, una gran mayoría de los habitantes de la provincia de Girona no quieren ser españoles. Sí, quieren jugar la liga española, pero no quieren ser españoles, en serio, a mí no me preguntéis, no soy psiquiatra. No entiendo mucho de trastornos de la razón.
Lo que es de todos se decide entre todos, un principio básico que rige muchos ámbitos de la convivencia, y ya no sólo de organización política, sino desde las comunidades de propietarios (los vecinos), hasta las empresas. Todos deciden lo que afecta a todos y además se imponen mayorías reforzadas (del 60% en adelante) para aprobar decisiones de gran afectación. En Cataluña se pretende que los que obtuvieron el 47,8% de los votos en unas elecciones autonómicas impongan un referéndum en el que con 51% de los votos se pueda decidir algo tan transcendental como cambiar la organización política, social, económica y hasta futbolística de toda España. Repito, no soy psiquiatra y no entiendo de alteraciones del raciocinio.
El independentismo de algunos en Cataluña se sustenta en un insoportable egoísmo, incoherencia y narcisismo. Me gusta la liga española, que los bancos y empresas catalanas sean líderes en toda España, pero no quiero contribuir al sostenimiento del sistema que posibilita la liga y la unidad de mercado, ¿ya os he dicho que no era psiquiatra?.
El referéndum ha sido anunciado, pero no será celebrado. Es ilegal, vulnera el marco de convivencia que nos hemos dado todos, los catalanes y el conjunto de españoles. Es ilegal y además injusto. Se pretende que una parte decida por el todo, y encima querrían seguir jugando en la liga española. El Estado de Derecho triunfará, pese a las actuales bravuconadas, y se impondrá un periodo de reflexión a todos aquellos políticos que de forma tan irresponsable (pero muy bien pagados mientras tanto) han intentando tensar o quebrar la convivencia social sustentada en las leyes que la organizan y regulan.
Mi modesto llamamiento a los catalanes no independistas y al resto de españoles: tranquilidad y paciencia, la ley triunfará. Pero el trabajo de verdad vendrá luego, necesitaremos tiempo y esfuerzo para revertir tantas mentiras, tanto rencor sembrado, tantos discursos del "nosotros" y "ellos" y de su indisimulada traducción "mejores" y "peores" "porque yo lo valgo".
Carlos Rivadulla Oliva.