Trato de reflexionar sobre las míticas frases "El arte ha muerto", "El arte está en crisis".
Y para situarme en el tema con cierta profundidad selecciono situaciones claves que me van a permitir enjuiciar las relaciones del artista actual con la sociedad contemporánea y, como no, con la posible crisis artística.
Nada mejor que comenzar por la gran revolución que significó el Renacimiento donde el artista, gracias a la perspectiva, pasa de ser un artesano a un auténtico ciéntifico, afirmándose el carácter intelectual del proceso creativo del pintor.
En el Barroco, el arte se pone al servicio de la ideología religiosa y el artista alcanza sus máximas cotas de endiosada popularidad.
En los siglos XVIII y XIX, el artista se eleva a categoría de mito. Todo está permitido.
Lo asombroso es que ahora, hoy en día, al artista de nada le sirve rodearse de cierta aureola de incomprendido, de inadaptado social, porque ya no interesa a nadie.
En la actualidad, el producto manufacturado, las distintas y sucesivas tiranías de la moda, las reducidas miras de cierto interiorismo mínimal, el objeto barato del bazar del todo a euro, la confusión entre arte y ocurrencia (derivación nefasta del "happenning" y lo efímero), propiciada por la mirada superficial de los medios de comunicación en eventos de gran importancia como, por ejemplo,"Arco", y la falta de mercado y auténticos mecenas del arte, ha producido que éste agonize hasta su punto límite de este comienzo de siglo XXI.
En nuestra comarca, La Ribera, tras el breve espejismo de los años 80, con artistas autóctonos de gran calidad y renombre como Boix, Armengol o Solbes, etc..., el arte ha caído en la misma crisis que adolece a nivel global.
La buena voluntad de las diferentes políticas municipales en cuestión de arte de nuestros pueblos, se ha visto empañada por una ausencia absoluta de mercado que aboca al artista de renombre a mover su obra fuera, y que el artista más desconocido o el artista joven terminen por no exponer más un producto que, por lo general, no vende.
Con la crisis de estos últimos años los catálogos se han convertido en tarjetas y las tarjetas en avisos digitales, las inauguraciones con canapé y vino son ya de "cacau i tramussos" y éstas últimas han derivado a un simple apretón de manos, puesto que la precariedad impera.
En nuestra comarca, en nuestros pueblos, tendrán que proponerse nuevos enfoques, relaciones más originales, eventos que entusiasmen y nuevos dinamismos de conexión del arte con la sociedad, que satisfazcan artistas, municipios y ciudadanos. Habrá que añadir un énfasis en la formación y educación artística que reinstaure el interés por el arte, o éste dejará de ser parte importante de nuestra vida social. No podemos dejar nuestros pueblos sin su alma estética por mucha crisis de la economía o del arte que exista.
Colaboración TNR-Arte Lola Arcas
Licenciada en Bellas Artes.
Pintora, grabadora
y especialista en restauración de obras de arte.
www.restarcas.galeon.com
www:lolarcas.galeon.com